Mujeres que hacen: la experiencia de Antonella, 3era generación de Tassaroli, una pyme que tiene presencial en Sudamérica
En el mes de la mujer, dialogamos con mujeres de la cadena de valor de ProPymes sobre su participación en la industria y la energía, las iniciativas que llevan adelante y el futuro de sus empresas. En esta entrega, el testimonio de Antonella Tassaroli, de la firma Tassaroli S.A., empresa mendocina que presta servicios para la industria de la energía y minería, miembro de ProPymes y clientes de Tenaris.
Antonella Tassaroli tiene 33 años y pertenece a la tercera generación de Tassaroli S.A., empresa metalmecánica que forma parte de ProPymes y es cliente de Tenaris. Fabrican productos para la industria energética y minera. Actualmente se dedican al desarrollo y construcción de parques fotovoltaicos para la generación de energía renovable. Antonella trabaja en la empresa familiar desde hace 10 años y hoy es directora de capital humano, relaciones institucionales, cultura y sustentabilidad.
Compartimos la entrevista que le hicimos:
¿A qué se dedican en Tassaroli?
Tassaroli es una empresa metalmecánica, fabricante de productos para la industria energética y minera. Actualmente contamos con 200 personas y nuestra planta industrial se ubica en San Rafael, Mendoza. Tenemos filiales comerciales en Neuquén y Comodoro Rivadavia en Argentina, Salvador de Bahía en Brasil, Santiago de Chile y Bogotá en Colombia, con el propósito de expandir nuestras exportaciones hacia todo el continente. También nos dedicamos al desarrollo y construcción de parques fotovoltaicos para la generación de energía renovable.
¿Crees que en los últimos años la mujer fue ganando espacio dentro de la industria? ¿Cuánto se avanzó?
Claramente el cambio viene dándose desde hace varios años, y mi generación es muy diferente a la de mi madre y mi abuela. Se viene dando de manera especialmente acelerada en la última década en la conciencia de las empresas con respecto a la naturalización de la inclusión de la mujer en la industria. Es cada vez más común ver mujeres participando de rubros como el nuestro y viene una generación masculina que acepta y quiere la diversidad también.
El avance lo visualicé este año, cuando me invitaron a dar una charla a la escuela técnica del centro de mi localidad. Allí asisten en total 200 mujeres, un número muy alto. Les pedí que levantaran la mano cuántas de ellas habían sufrido conflicto personal a la hora de plantear a sus padres el deseo de ir a una escuela técnica industrial y sólo 2 alumnas lo hicieron. Esto demuestra que el avance es importante y que la decisión y/o vocación personal hoy es mucho más escuchada y respetada que antes.
También se puede evidenciar que el avance se está dando porque cada vez menos mujeres dejan sus profesiones para dedicarse a la crianza de sus hijos. Personalmente opino que lo más difícil para una mujer es equilibrar una crianza de calidad con continuar una carrera profesional. Aún aquí tenemos muchas oportunidades para seguir avanzando y falta una madurez cultural que les permita a las mujeres avanzar en ambos mundos con mayor salud y bienestar.
¿Y cuánto falta?
Creo que todavía cuesta ver mujeres que se animen a enfrentar los desafíos de la industria, y que la industria se flexibilice para permitir a las mujeres tener sus espacios de trabajo. Quedan muchos sesgos culturales “invisibles” que nos limitan y nos generan culpa. Sin embargo, creo que primero está en nosotras tomar conciencia de esos sesgos, dejar de reproducirlos y desafiarnos de manera sana y constructiva dentro de los espacios profesionales. Sólo así seguiremos avanzando.
¿Qué aporte diferencial pueden hacer las mujeres dentro de una empresa industrial?
Mucho aporte. En relación con el oficio, ya está demostrado que en ciertos trabajos, como por ejemplo la soldadura, la mujer es más detallista, prolija y eficiente. En relación a la supervisión creo que las mujeres son muy organizadas, pueden llevar muchos temas a la vez y tienen la capacidad de resolver conflictos de manera directa y diplomática. Existe una gran oportunidad para las industrias, especialmente para las pymes familiares porque todavía son pocas las mujeres en el taller.
Volviendo a la capacidad de gestión, la mujer es por naturaleza intuitiva y creativa, habilidades que son demandadas por las empresas innovadoras y sustentables. En términos de gobernanza creo que la empatía de la mujer, su capacidad de escucha y de integrar miradas de manera inclusiva, organizada y profesional, es un valor agregado que complementa muy bien las habilidades masculinas.
¿Qué iniciativas llevan adelante en Tassaroli?
La más importante que llevamos adelante junto a mis hermanos es la mirada de igualdad a la hora de reclutar y seleccionar talentos. Tenemos una política clara de evaluar competencias, habilidades y el potencial de las personas, indistintamente del género.
En los últimos años hemos puesto mucho foco en las mujeres que pueden crecer en la empresa de manera interna. Así es como por ejemplo hoy nuestra Gerenta de Calidad es una mujer que conoce la empresa, está preparada y se desarrolló internamente desde el área de Ingeniería. Sin embargo, también hay que decir que en el sector operativo tenemos oportunidades porque faltan mujeres allí.
Si tuvieras que darle un consejo a las chicas jóvenes que están interesadas en el mundo de la industria, o comenzando sus primeros pasos ahí ¿qué les recomendarías?
Podría sintetizarlos en los siguientes puntos:
- Que sus parejas conozcan sus sueños y les permitan ir por ellos.
- Si les gusta y apasiona la industria, hay que intentarlo y hacerlo.
- La industria no es solo producción, es también creación, comercialización, administración, ingeniería, diseño, innovación, programación, marketing, contabilidad, es gestión y mucho más. Hay muchos ámbitos para desarrollarse dentro de la industria y la única manera de conocerla es involucrándose y probando.
- Poner límites es saludable. Las mujeres tendemos por naturaleza a abarcar mucho y hacer mucho a la vez, es importante tener claras las prioridades.
- Desafiar los paradigmas y sesgos culturales de una manera constructiva, saludable y madura.
- Creer en las capacidades propias y aportar esas diferencias con seguridad de nosotras mismas. No mimetizarse con “formas” o modelos masculinos por el sólo hecho de pertenecer y sintonizar con la cultura laboral.
- Nada es blanco o negro. El trabajo o ser mamás, ser exitosas o no serlo, ser buenas o ser malas laboralmente. Es importante conocer las etapas de la vida por las que transitamos. Para aquellas profesionales que son o quieren ser madres es importante entender las prioridades de esta etapa. A veces se puede avanzar más rápido, a veces se avanza igual o de una manera más lenta, pero haciendo con tranquilidad y aceptación lo que para nosotras es importante. Esto me lo enseño Mercedes Korin de Modo Delta antes de ser mamá y se lo agradezco mucho.
- Aprender a pedir ayuda o hacerse de ayuda.
- Aprender a delegar
- Creer en sí mismas, ir por más, confiar en nuestro “olfato” y abrir desafíos, aunque den miedo, solo así confiaremos cada vez más.
En el mes de la mujer, dialogamos con mujeres de la cadena de valor de ProPymes sobre su participación en la industria y la energía, las iniciativas que llevan adelante y el futuro de sus empresas. En esta primera entrega, el testimonio de Luisa Salgado de NanoTech, una pyme neuquina que forma parte de ProPymes y provee servicios a Tecpetrol.
En nuestra cadena de valor hay muchos ejemplos de mujeres que, desde sus posiciones, están contribuyendo a romper los sesgos de género y a darle a la diversidad un lugar privilegiado en las agendas de discusión. Durante Expoagro 2022 hablamos con tres mujeres empresarias del sector agroindustrial que forman parte de ProPymes.